No toda soledad es mala. Llegado al punto de saturación con el medio que a uno lo rodea, es indispensable el retirarse. En ese retiro, lo ideal es buscar una postura natural, en la que todo el cuerpo se encuentre relajado, lo ideal es acostado mirando hacia el cielo en el parque. De no ser posible, sentarse con la espalda derecha y brazos sobre las piernas estará bien. Es muy importante no tener los brazos ni las piernas cruzadas ya que es una muestra de negación hacia lo que se realiza.
En este silencio lo que se busca básicamente es el llegar a un punto interno de reflexión donde poder meditar la situación personal. En esos momentos uno puede cuestionarse las cosas que por lo general deja de lado por miedo a resolver o simplemente desprecio. Esta bueno limpiarse de esas impurezas, para poder llevar una vida más libre.
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