martes, 11 de octubre de 2011
El hombre cuenta con un sistema digestivo creado especialmente para digerir carne. Cuenta con colmillos para poder arrancar y cortar la carne. Cuenta con la herramienta más útil al momento de cazar, el intelecto. Aún asi, hay gente que defiende que no estamos diseñados para ser carnívoros. Entonces, ¿por qué los vegetarianos tienen la necesidad de consumir vitaminas y proteínas aparte de su dieta regular?
Otro claro ejemplo es que al hacer una dieta con el fin de bajar de peso, los pacientes tienen que consumir a diario vegetales principalmente antes de las carnes si las hay en la comida. Esto se debe a que como nuestro organismo no está preparado para digerir vegetales, a nuestro estomago le cuesta más y de esta manera se consume más energía en esa digestión, la grasa se sintetiza en esa energía que se necesita.
Esto demuestra que si se planea consumir constantemente vegetales, se va a necesitar una fuente externa de energía que ayude a procesar esa comida.
La música hoy.
Hoy en día, de la mano de la tecnología y los avances en la comunicación, la música también sufrió sus cambios y se modificó para un mercado más comercial e ideológico. Los artistas ya no son más artistas duraderos, sino que son pasajeros con no más de una decena de afamados temas. Este fenómeno se vive en la argentina desde finales del 1990 cuando se buscaban nuevos estilos de música y comienzan a realizarse concursos musicales televisados. Los ganadores de estos concursos tenían el tiempo contado y no sabían que estaban siendo como ratas de laboratorio en las que se probaban nuevas mezclas. Bandas como Bandana y Mambrú, que no llegaron a durar más de 3 años arriba de un escenario, son un ejemplo de esto.
Música era la de antes y artistas siempre serán los que vivan por el arte, y no del arte.
El Silencio
No toda soledad es mala. Llegado al punto de saturación con el medio que a uno lo rodea, es indispensable el retirarse. En ese retiro, lo ideal es buscar una postura natural, en la que todo el cuerpo se encuentre relajado, lo ideal es acostado mirando hacia el cielo en el parque. De no ser posible, sentarse con la espalda derecha y brazos sobre las piernas estará bien. Es muy importante no tener los brazos ni las piernas cruzadas ya que es una muestra de negación hacia lo que se realiza.
En este silencio lo que se busca básicamente es el llegar a un punto interno de reflexión donde poder meditar la situación personal. En esos momentos uno puede cuestionarse las cosas que por lo general deja de lado por miedo a resolver o simplemente desprecio. Esta bueno limpiarse de esas impurezas, para poder llevar una vida más libre.
Las luces brillantes en constante movimiento se volvieron mi única realidad. Yo era feliz y el recuerdo de mi infancia en el parque de diversiones lo cuidaba como algo preciado como una parte de mí que quedo en el pasado.
Pero con el tiempo y sin darme cuenta esas luces girando esas estelas y ese movimiento constante se volvieron mi cárcel. Un encierro del que sigo preso. El miedo se vuelve el acompañante más fiel y la desesperación por bajar es mayor e inalcanzable. La sensación de saciedad era imposible, no había vuelta atrás, nada que pudiera fijar mis pies en la tierra. Estaba en constante movimiento sin parar. Las voces se escuchaban, pero se volvían algo irreal, algo que no se podía explicar en mi mundo. Por más que quisiera volver a la normalidad, ni mi mente ni mi cuerpo llegarían a la tierra. Y jamás podré recuperar esa vida que algún día tuve.
Sigo sin recordar cómo era sentir la sobriedad en mi cuerpo. No estaba muerto, pero sin lugar a duda, hacían varios días que no estaba vivo. Comunicarme con otra persona ya no era más un deseo, sino una utopía. Espero algún día despertar de este sueño en el que la realidad y la ficción tenían puntos en común.
Vueltas. Movimiento. Sonidos.
Flashes. Y vueltas de nuevo.
Termino siempre en el mismo lugar,
no recuerdo el haber sentido alguna vez la firmeza de la tierra.
Todo es un constante movimiento,
la soledad volvió a mi guerra,
días hacen ya desde que empecé a tomar.
No se cuanto más voy a soportar esto.
Mis brazos no responden lo que ordeno,
la desorientación es constante.
Las luces pasajeras me atacan de todos lados,
como las moscas a una rata agonizante.
lunes, 5 de septiembre de 2011
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